7 feb 2012

Aceites




Los aceites naturales en la piel, son como las especias en la cocina: hay que saber utilizarlos porque cada aceite tiene unas propiedades características…
 
Se ha descubierto que muchos componentes que se encuentran de manera natural en los aceites vegetales tienen propiedades beneficiosas para la piel y la salud. Una vez aislados y concentrados, algunos de estos principios activos sirven para tratar una gran cantidad de padecimientos. Del mismo modo, hace tiempo que se conocen las cualidades de muchos ácidos grasos y otros componentes presentes en los aceites vegetales. Así, la producción de aceites vegetales funcionales constituye un sector con mucho futuro.

Cabe destacar la gran cantidad de principios activos que se han identificado en las semillas oleaginosas. Muchos de estos componentes se encuentran todavía en el aceite de cocina o de ensalada, mientras que otros desaparecen parcial o completamente durante el proceso de refinado. Por ejemplo, la vitamina E es un poderoso antioxidante y los aceites vegetales constituyen una de las fuentes principales de esta sustancia. Cada ácido graso tiene además propiedades específicas. 

Definición

Los aceites vegetales son líquidos grasos que se obtienen de frutos o semillas de plantas oleaginosas. El procedimiento de extracción para que se mantengan intactos todos sus constituyentes y propiedades, ha de ser por presión en frío.

El aceite vegetal es el componente básico empleado para muchas formulaciones cosméticas y para los aceites de masaje.

Estos aceites vegetales, llamados insaturados, son materias de gran poder emoliente y rápida absorción, con propiedades dermatológicas comprobadas. Tienen una excelente afinidad con la piel y no son oclusivos ni comedogénicos. Son la verdadera alternativa a las grasas derivadas del petróleo y de los animales, y su utilización en ciertas fórmulas permite a los profesionales personalizarlas.

La calidad de los aceites esenciales depende básicamente de la naturaleza de los ácidos grasos que los componen, ya que algunos de estos son indispensables para el equilibrio nutricional de la piel.

Composición 

En la composición de un aceite cosmético se pueden encontrar grasas o aceites de origen mineral, animal o vegetal en diferentes proporciones.
La inmensa mayoría llevan más contenido en grasas minerales que en aceites vegetales. Estos últimos se incluyen a veces en proporciones simbólicas como reclamo “natural” del cosmético.
Muchos aceites se elaboran en realidad con grasas minerales como las vaselinas que forman sobre la piel una película aislante, no se enrancian y además tienen un bajo coste. Estas grasas saturadas que proceden del petróleo, no son afines al sebo humano. Por su acción oclusiva, forman una barrera que disminuye el drenaje de toxinas a través de la piel, alterando la respiración, la termorregulación y la flora residente de la epidermis.
También, encontramos otros aditivos como emolientes sintéticos, perfumes, tensioactivos y conservantes.
Tanto los aditivos químicos como las malas grasas pueden ser introducidos más profundamente en la piel si los mezclamos con aceites esenciales, puesto que estas sustancias aromáticas penetran fácilmente a través de ella y actúan de vehículo. Estas formulaciones son comedogénicas y tienden a desencadenar determinadas dermatitis y alergias.
Actualmente podemos encontrar fitocosmética que en sus composiciones evitan todos los aditivos químicos así como todas las grasas saturadas tanto de origen mineral como animal. Los oleomacerados cosméticos utilizados son a base de aceites vegetales insaturados, que son los que contienen en los ácidos grasos esenciales imprescindibles para cuidar y mantener la salud y la belleza de nuestro cuerpo.
A su vez, los ácidos grasos esenciales son los vehículos adecuados que garantizan la liberación continua y eficaz de los aceites esenciales obtenidos de plantas aromáticas con propiedades fitoembellecedoras.
La acción conjunta de los oleomacerados y de los aceites esenciales proporciona una emoliencia, nutrición e hidratación gradual y prolongada sobre la piel.

Propiedades dermatológicas y cosméticas
  • Total afinidad con la piel.
  • Excelente compatibilidad con los aceites esenciales.
  • No irritan.
  • Aseguran la solubilidad y el transporte de nutrientes.
  • Los ácidos grasos les confieren propiedades biológicas importantes.
  • Ejercen una acción vitamínica (A, D, E, etc.) que mantiene la salud de la piel.
  • Son emolientes e hidratantes (al ser aplicados sobre la piel, suavizan, lubrican y dan elasticidad).
  • Nutren la piel (en mayor o menor medida dependiendo del tipo de aceite).
  • Protegen y refuerzan el sistema de defensas de la piel.
  • Penetran. A diferencia de los aceites y grasas minerales tales como la vaselina, la mayoría de los aceites vegetales penetran fácilmente en la piel. Cuando se aplican, se dispersan en finísimas gotitas, que van penetrando por las glándulas sebáceas y el sistema polisebáceo al combinarse con los lípidos cutáneos. Hay aceites vegetales que penetran con mayor o menor facilidad y con más o menos residuo. Su facilidad de penetración hace que sean excelentes vehículos para las sustancias activas liposolubles.
Presión en frío
 
El aceite vegetal es el componente básico empleado para muchas formulaciones cosméticas y para los aceites de masaje.

Los aceites vegetales son extraídos por presión en frío (único procedimiento por el que los aceites mantienen intactos todos sus constituyentes y propiedades) de los frutos y semillas de diversas plantas oleaginosas.
Estos aceites vegetales, llamados "insaturados", son materias de gran poder emoliente y rápida absorción, con propiedades dermatológicas comprobadas. Tienen una excelente afinidad con la piel y no son oclusivos ni comedogénicos. Son la verdadera alternativa a las grasas derivadas del petróleo y de los animales y su utilización en ciertas fórmulas permite a los profesionales (masajistas y estetas) personalizarlas según el tratamiento.
La calidad de los aceites depende básicamente de la naturaleza de los ácidos grasos que los componen, ya que algunos de estos son indispensables para el equilibrio nutricional de la piel. El organismo no puede asegurar su síntesis, por eso se les denominó "ácidos grasos esenciales". 

Masajes con aceite 

Lo primero que debes saber es que no puedes dar un masaje con las manos secas. Primero porque tus movimientos no serán tan suaves como si utilizas algún aceite o loción para masaje. Y segundo, porque los aceites para masajes pueden ayudarte a maximizar el efecto del masaje. No solo ayudan a que se deslicen las manos, sino que hidratan, nutren, flexibilizan y protegen la piel.
Los aceites esenciales son mezclas de sustancias químicas que actúan a través del olfato, el tacto y la piel. Parte de los aceites que empleamos en los masajes pasan al torrente sanguíneo a través de la piel y se fijan en la mucosa nasal. Éste es el efecto que más nos interesa: el perfume elegido excita las terminaciones nerviosas de dicha mucosa y lanza la información directamente al bulbo olfatorio del cerebro, sin pasar por el sistema racional.
Líquido graso que se obtiene de frutos o semillas de plantas oleaginosas. El procedimiento de extracción para que se mantengan intactos todos sus constituyentes y propiedades, ha de ser por presión en frío.

Algunos Aceites característicos

Algunos de los aceites esenciales más ricos en ácidos grasos no saturados, en particular tri y polisaturados son:


Aceite de Jojoba

El aceite virgen de Jojoba se obtiene de la Simmondsia Chinensis, que crece espontáneamente en el desierto de California y Méjico.
Por sus características, regula la oxidación de los radicales libres, previene y trata las arrugas.
Tiene un efecto emoliente con propiedades suavizantes y descongestionantes, muy indicado en piel seca, irritada y/o con cuperosis.
Revitaliza y devuelve al tejido su resistencia. Protege eficazmente de las radiaciones solares y minimiza las alergias lumínicas. Esta acción específica se potencia en asociación con el aceite de Sésamo.
El aceite de Jojoba es eficaz para el cuidado de la piel muy delicada.
Excelente como vehículo natural de los aceites esenciales.
No es comedogénico.

Aceite de Avellana

El aceite de avellanas se obtiene por la presión en frío de las semillas de Corylus avellana, árbol de la familia de las betuláceas.
Contiene sustancias protectoras, hidratantes y reguladoras de las glándulas sebáceas, por lo que es especialmente adecuado para el cuidado de la piel con tendencia grasa, dermatitis seborréica y/o acné.
Su propiedad de penetración, particularmente notable, le convierte en un excelente vehículo para los aceites esenciales, potenciando una acción rápida cuando es necesario, lo que lo hace aconsejable en determinados tratamientos.
Aceite nutritivo que ayuda a cerrar los poros.
No es comedogénico.


Aceite de Sésamo

Se extrae por la presión en frío de las semillas de la variedad cultivada Sesamun Indicum L. Familia Pedaliácea.
Sesamun deriva del griego Sesamon, nonbre original de la planta; Indicum hace referencia a su hábitat.
Numerosos trabajos científicos han permitido desvelar sus apreciadas cualidades como filtro solar ante las radiaciones UVB. Estimula el bronceado natural, a la vez que protege la piel de la deshidratación. Esta cualidad se potencia con el aceite de jojoba.
Tonifica la piel, por lo que está muy indicado en los tratamientos contra la flacidez.
No es comedogénico.



Aceite de Rosa Mosqueta

Su empleo en cosmética se basa en sus propiedades regeneradoras de los tejidos
Tiene también gran poder emoliente de la piel.
El aceite puede utilizarse para una gran variedad de tratamientos
cosmetológicos de la piel: Fotoenvejecimiento, pigmentación, psoriasis, cicatrices.
Ideal para dar elasticidad a la piel y para el tratamiento de las arrugas, piel muy seca, sensible y desvitalizada.
Excelente como vehículo natural de los aceites esenciales.
No es comedogénico.


NSanchezG

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